Si planeas visitar el norte de Nicaragua este fin de semana, el Cañón de Somoto es la opción inevitable.

Formaciones rocosas de inmenso tamaño resguardan un cristalino cuerpo de agua que invita a sumergirse en él.

De acuerdo con Ricardo Cruz, guía turístico local, el potencial turístico del Cañón de Somoto fue descubierto en el año 2004.

Sin embargo se cuenta que la formación natural sería producto de una erupción volcánica. “Antes tenía el nombre de Estrechura de Namacambre, pero en el 2004 vienen unos geólogos checos y son los que descubren el Cañón de Somoto como un lugar turístico”, afirma.

Cruz, afirma que a partir de entonces se conoce que el sitio tiene una antigüedad de aproximadamente 8 millones de años.

“Aquí pueden apreciar, los visitantes extranjeros y nacionales, la estructura del Cañón de Somoto. Es algo muy natural, tiene rocas bastante grandes de hasta 200 metro de altura”, comenta.

El sitio es ideal para acampar e incluso para tomarse un baño, pues se mantiene preservado de manera adecuada para que sus cristalinas aguas estén siempre limpias.

“La vive monitoreando el agua la sanidad y está bien para bañarse, el lugar es muy seguro y hay muchas actividades como rappel, descender en una roca, hay lugares estratégicos para eso con personas expertas que ayudan a bajar con cuerdas”, comenta.

Miguel Ángel Jiménez, uno de los encargados de transportar viajeros en botes, comenta que en un solo recorrido pueden viajar hasta 10 personas.

“Para ir desahogado viendo el paisaje. Se tarda uno 10 minutos en el recorrido, ida y vuelta 20 minutos. Al turista lo que le llama la atención es el paisaje, las maravillas que hay, un lugar muy bonito para el que quiera venir”, asegura el hombre que invita a más familias a visitar el parque, porque además así se ve dinamizada la economía local.

Jiménez destaca también la exuberante naturaleza y la exótica fauna. “Normalmente se ven iguanas, cusucos y las orquídeas en las paredes, las hermosas montañas y rocas”, dice enamorado de lo que les entregó la naturaleza.

Marlon Chamorro, turista nacional que visitó el Cañón vivió en carne propia también la magia que muestra esta zona de Nicaragua.

Para él, que radica en los Estados Unidos, también es un orgullo poder saber que el país que lo vio nacer tiene lugares tan hermosos.

“Me habían dicho que estaba bien bonito y sí, está hermoso, es impresionante. Es algo de que debiéramos de aprovechar los nicaragüenses a conocer y creo que este es un lugar especial, se siente buena vibra, anoche dormimos en el campamento, hay mucha seguridad, hay buen trato de parte de la gente de aquí, vale la pena venir”, dice mientras lanza un vistazo a la majestuosidad que lo rodea.

Francisco Mercedes Salgado, habitante de la zona, detalla que tienen tres comunidades en el sector que trabajan en conjunto para dar mantenimiento al sitio.

“Tenemos un guardaparque que cuida el área y yo soy colector, también tenemos un administrador. Nosotros mantenemos la limpieza, mantenemos la fauna y la flora y preservamos el recurso acuático”, explica.

Salgado comparte que las temporadas altas, en cuanto al recibimiento de turistas, son los periodos de vacaciones como el de Navidad y fin de año. “Vienen en un rango de 50 a 100 personas los fines de semana y en temporadas buenas había hasta mil y más personas visitando”, detalla.

De acuerdo a los guías, el cañón, que se extiende por casi 5 kilómetros, cuenta con un mapa hecho a mano donde se detallan las rutas que pueden ser visitadas.

Se cuenta con 3 circuitos que incluye senderismo, recorrido en lancha, miradores que dan vista al Río Coco y otras fuentes de agua, incluyendo la frontera con Honduras.

Los recorridos se realizan con chalecos salvavidas y todas las medidas que permiten que los paseos se desarrollen con seguridad para los visitantes.