La conocida estafa nigeriana fue un esquema popular algunos años atrás. En el mismo, los delincuentes enviaban correos electrónicos de manera masiva contando la historia de una persona muy importante que tenía una enfermedad terminal y buscaba a un heredero para dejar su fortuna. ESET, compañía líder en detección proactiva de amenazas, recientemente analizó un intento de fraude reportado por un usuario que comenzó con un mensaje a través de Telegram desde un número desconocido, que trata de la misma estafa. El relato puede variar en los detalles, pero el escenario propuesto por los delincuentes casi siempre es el mismo.
En este caso, la potencial víctima fue contactada a través Telegram desde un número que comenzaba con el prefijo +229. De acuerdo al código de área internacional corresponde a Benín. Un país ubicado en el oeste de África. El mensaje decía ser de una mujer, dueña de una compañía en Francia, que aseguraba estar enferma de cáncer y que estaba interesada en dejar una herencia de 400.000 euros a una persona dispuesta a ayudarla a donar ese dinero para causas benéficas. Supuestamente, la empresaria había revisado sus perfiles en redes sociales y había llegado a la conclusión de que era una persona honesta en la cual podía confiar su dinero.
Además, para hacer creer que se trataba de algo legítimo, los estafadores enviaron imágenes y realizaron una videollamada que duró unos pocos segundos donde mostraban a la supuesta persona enferma. En el mensaje los delincuentes comparten el número de teléfono del abogado para que, en caso de aceptar el dinero, se contacten por WhatsApp y coordinen el envío de este.
Si bien la persona que recibió el mensaje rápidamente se dio cuenta que se trataba de una estafa -dad su sospecha de que un desconocido quiera transferirle 400.000 euros a su cuenta-, decidió seguirles el juego a los delincuentes y preguntó cuáles eran los pasos a seguir. Luego de intercambiar unos mensajes con el supuesto abogado para coordinar los detalles de la transferencia, le enviaron un formulario con los datos que necesitaban para poder hacer entrega del dinero.
En este caso, la persona contactada por los estafadores decidió no avanzar. Pero si lo hubiera hecho, desde ESET comentan que lo que suele ocurrir en una segunda instancia, -y luego de ganarse la confianza de la víctima- es que los estafadores solicitan a las víctimas que paguen unos impuestos para poder realizar la transferencia y así el dinero para las donaciones llegará a la cuenta. Sin embargo, nada de esto es cierto. Los estafadores logran quedarse con el dinero y las víctimas no reciben nada.
En países como España esta vieja modalidad de engaño resurgió en 2020 durante el confinamiento. Algunas víctimas reportaron casos en los que utilizaban excusas similares. En julio de 2022 la Policía Nacional e INTERPOL desbarataron una organización criminal que realizaba la estafa nigeriana a nivel internacional. Las autoridades detuvieron a 80 personas involucradas en la organización criminal e incautaron más de 500.000 dólares y 30.000 euros. Al parecer, lograron estafar a más de mil víctimas, principalmente adultos mayores. Por si fuera poco, en abril de este año INTERPOL desmanteló otra banda criminal de Sudáfrica que al parecer tenía vinculación con Black Axe, una organización criminal internacional que se dedica, entre otras, cosas a realizar fraudes online.