
La Copresidenta de Nicaragua, Compañera Rosario Murillo, destacó la unidad y los valores que definen al pueblo nicaragüense, además de reiterar el compromiso con la lucha por la soberanía y la dignidad nacional en este mes de febrero.
«Muy buenas tardes, queridas familias de esta Nicaragua nuestra, bendición, prosperidad y victoria, cristianismo, socialismo y solidaridad, eso es lo que decimos en el Siempre Más Allá de nuestro General de Hombres y Mujeres Libres«, dijo la Compañera Rosario Murillo.
Recordó que hoy martes «4 de febrero y nuestro cariño allá con el pueblo del Comandante Eterno Hugo Chávez Frías, con el pueblo de Nicolás. Hoy conmemoran el 4 de febrero y ahí estamos, porque estamos juntos, estamos unidos y sabemos estar unidos en todas las circunstancias, en todas las batallas y celebrando todas las victorias».
Destacó que «febrero de tanta luz, febrero de tanta vida, febrero de tantas verdades verdaderas, febrero de nuestro General, febrero de eternidades, febrero de espíritu de victorias, de glorias, de honor, honras, cómo nos sentimos de honrados de ser nicaragüenses por gracia de Dios, valiente nicaragüense digno, insobornable nicaragüense que sabemos caminar todas las sendas sin detenernos, eso sí, siempre sereno, siempre sabios, siempre aprendiendo de nuestra historia que es tan honrosa, siempre aprendiendo de todo lo que ha sido nuestra historia y de todo lo que es porque estamos haciendo historia».
Subrayó que «Nicaragua está haciendo historia, nuestra Nicaragua bendita, nuestra Nicaragua Sandinista, nuestra Nicaragua roja y negra, azul y blanco, azul y blanca y roja y negra, porque esa bandera de cielo de paz, de azul intenso de Darío, esa bandera es nuestra bandera del pueblo orgulloso de Nicaragua, del pueblo digno y soberano de Nicaragua. Bandera azul y blanca, azul, blanco y azul que defiende la bandera roja y negra de nuestro General Augusto Nicolás Calderón Sandino».
Enfatizó que «aquí estamos en sendas de victorias; cada día, cada avance, cada paso, cada expresión de hidalguía y de brillo nicaragüense por gracia de Dios, es victoria, es triunfo y sobre todo porque sabemos que en Nicaragua, en Nicaragua vibra el amor y que triunfa el amor y que es desde el amor que hemos vencido y que hemos aprendido a vivir; además, siempre aprendiendo, hemos aprendido y vivimos siempre aprendiendo».
«Ayer, cuando oíamos a nuestro comandante Daniel relatar nuestras honrosas epopeyas y nuestra comprensión gloriosa de lo que debemos hacer: luchar, luchar, luchar, vencer, vencer, vencer. Nuestra Nicaragua que ha dado a un General de Dignidad Suprema, como el general Benjamín Zeledón, de donde nace nuestro General de Hombres y Hujeres Libres».
Indicó que «febrero para conmemorar ese 21 que quisieron fatídico, pero que más bien instaló en la eternidad y en los caminos de glorias y victorias, de luchas y certezas, de esperanza grandiosa a nuestro General, ejemplo vivo de soberanía, exigencia de soberanía y dignidad nacional».
«Monimbo heroico, todos los muchachos que en Monimbó se alzaron contra la ignominia y vencieron, y vencimos, y todos, todos fuimos Monimbó y todos somos Monimbó, y todos somos heroicos nicaragüenses, agradecidos al Padre por haber nacido aquí y por vivir con decencia, sin dobleces, sin claudicaciones, sin servidumbre, sin deslealtades en el amor patrio nicaragüense por gracia de Dios».
«El día de ayer no pudimos comunicarnos porque estábamos en esa histórica reunión de Jefes de Estado del ALBA. Ahí están las verdades verdaderas, todo lo que cada día hacemos, ayer, hoy y más allá, siempre más allá, generando fuerza, fortaleza del espíritu sublime que ha permitido a Nicaragua ser en el mundo, vivir ejemplarmente, dignamente como ejemplo en el mundo«, remarcó la Copresidenta de Nicaragua.
Mencionó que «somos nicaragüenses agradecidos al Padre por esa fuerza formidable de espíritu para luchar y vencer, para decir, como dijo Sandino: ‘Yo no me vendo, ni me rindo jamás’. No, nos vendemos, no nos rendimos, no claudicamos y todo lo que hacemos lo hacemos en amor y esperanza cierta, sabiendo que aquí están centenares de miles y sino millones de nicaragüenses dignos, valientes, formidables, guerreros de luz que nos han dejado el camino y el deber de cantar, el deber de alabar y el deber de vencer, seguir venciendo y seguir venciendo la pobreza y seguir avanzando por el derecho de nuestro pueblo a vivir trabajando seguro, a vivir compartiendo seguro, a vivir prosperando paso a paso progresando y alcanzando esa Nicaragua libre de cualquier forma de pobreza, pobreza espiritual en primer lugar, esa precariedad de mente y de espíritu que algunos exhiben que nosotros sabemos que no lleva a ninguna parte, esa pobreza que queremos erradicar de Nicaragua tanto en temas culturales y espirituales como en temas materiales, mejorar la vida de todos para saber que vamos alcanzando los sueños de tantos hijos e hijas de esta patria bendita que ofrendaron su vida para que nuestro pueblo, todas las familias nicaragüenses vivamos con derechos, reconociendo nuestros derechos y defendiendo en todo momento nuestro derecho».