La Compañera Rosario Murillo, Vicepresidenta de Nicaragua recordó este 10 de enero los 17 años de haber llegado nuevamente el Pueblo a la Presidencia y al Estado nicaragüense.
«Días históricos los que estamos viviendo, tiempos de paz y bien. Tiempos de victorias, siempre victorioso este pueblo nuestro que está lleno de fe y de amor. Este pueblo nuestro que ha luchado para tener paz y ha alcanzado la paz y vibra en sintonía con los buenos corazones y las buenas voluntades, la buena esperanza que reina en tantas partes del mundo donde los pueblos luchan para vencer y ¡Luchamos para Vencer!, y ¡Vamos Adelante! ¡Siempre más Allá!», reflexionó la Compañera Rosario.
«Días de historia, de memoria, cómo no pensar en todo el camino recorrido, cómo no inspirarnos en las grandes batallas, los grandes combates, que por amor y con amor hemos vivido, venciendo siempre, porque cada momento de esta historia Patria, que nos ha tocado por Gracia de Dios vivir, que nos ha tocado por Gracia de Dios como Pueblo valiente protagonizar, es una gloriosa historia».
«Una historia que todos los días nos inspira y nos moviliza hacia adelante, nos fortalece el ejemplo de tanto pueblo, tanta familia, que han dado todo para vivir como vivimos hoy en paz, en tranquilidad, con seguridad y avanzando».
«Cuántas escuelas se construyeron en la primera etapa de la Revolución y cuántos perversos se afanaban en destruir los que se construye: escuelas, centros de salud, cooperativas de producción, hospitales. Todo se construía para mejorar la vida. Y venía la maldad, la perversidad, los mismos demonios, con máscaras y disfraces, tal vez distintos en cada momento, a destruir lo construido».
«Llegamos a otro momento, después de muchísimas batallas, combates, luchas, ¡Cuánto terror sembraron, odio y terror, maldad, mala voluntad, mal corazón egoísmo, avaricia, codicia, servilismo, eso sembraron!».
«Y cuánto nuestro pueblo, heroico, victorioso, defendió el derecho a vivir en paz, construyendo el porvenir que merecemos, el derecho a vivir en un país soberano, en un país de tanta, tanta potencia espiritual, en un país que nos ha dado una tierra fértil, que nos ha dado un Rubén, un Benjamín, un Sandino, un Andrés, un Diriangén, un Nicarao, tanto prócer. ¡Cuánto hemos caminado con todos nuestros derechos restituidos por la mano del pueblo, por el corazón del pueblo, por la historia, la memoria, y la gloria de cada día, fortaleciendo el amor».
«Y luego de vencer el odio, el terror, la mentira, la calumnia, la difamación, y el afán de destruir, el afán servil, porque hay quienes nacen con alma de esclavos, por muy ricos que sean, por mucho que tengan, nacen con almas de esclavos, y la esclavitud los lleva al servilismo, y sobre todo al servilismo a quienes ellos creen que son poderosos, que podría ser poderosos materialmente, pero el gran espíritu de nuestro pueblo es poderoso, potente, en lo que cuenta, en lo que cuenta, que es el alma, el alma fuerte que tenemos. ¡Poder, potencia, eso es, prodigios, milagros, eso es lo que creamos los y las nicaragüenses!».
Una sumatoria
«Hace 17 años llegamos, luchando, luchando, venciendo y empezamos otra vez, a construir, a vivir construyendo para vivir mejor, y es lo que hemos estado haciendo, y vale la pena».
En este sentido la Compañera Rosario destacó que «vamos a pedirle a las instituciones de este gobierno del pueblo presidente que hagamos una sumatoria de ¿cuántos centros de salud recibimos?, ¿cuántos tenemos?, ¿cuántos puestos de salud?, ¿cuántos hospitales?, ¿cuántos equipos de alta tecnología en materia de salud? ¿cuántas clínicas móviles que no existían?, ¿cuántas ferias de salud especializadas que no existían hemos realizado en estos años de bendición y de historia?».
«Escuelas, alfabetización, continuidad, escuelas técnicas, tecnologicas, universidades, en el campo y las ciudades, ¿cuántos teníamos, cuántos tenemos hoy y cuántos, Dios mediante tendremos en la unión que es la fortaleza de todos? Y hablemos de carreteras, todo el mundo las ve, todo el mundo las celebra, nos sentimos bendecidos porque sabemos que todas estas obras de progreso, que todas esas obras de progreso, de prosperidad, obras prodigiosas, son la expresión del gran poder de Dios en nuestra Nicaragua».
«El gran poder de Dios que algunos niegan, porque no sirven a Dios, sirven a los diablos, y no a los diablitos que bailan en las calles como parte de nuestro folclore y nuestras tradiciones, a los verdaderos demonios, a los Satanás, a los Lucifer, a esos sirven los que que no aman a su Patria, a su suelo, su tierra, su cultura, su tradición, sus próceres, nuestra tierra, nuestra cultura, nuestras tradiciones, nuestros próceres, nuestra memoria, nuestra historia, nuestra gloria, servimos a Dios y a él reconocemos en cada obra de progreso».
«El gran poder de Dios manifestándose en todas partes, miles de viviendas, miles de parques para la recreación de los niños, de las familias, miles de instalaciones deportivas, solo este año 500 se construiraán, y así hemos venido. Miles de miles de casas de cultura, de creatividad, escuelas de oficio, escuelas de arte en el campo, en las comunidades y comarcas más remotas. ¿Cuántas teníamos?, ¿cuántas estaciones de bomberos había? 36, ¿cuántas tenemos ahora? más de 300. Eso es el gran poder de Dios manifestándose en obras que son amores, y son buenas razones porque el pueblo merece vivir cada vez mejor, porque el pueblo, con su trabajo cotidiano, con su esfuerzo, con su sudor, es el que nos garantiza todo en las posibilidades de avanzar, de caminar, con el trabajo, con la creatividad, con la inteligencia, con la capacidad, con la fuerza, fuerza de victoria».
«Y nos nos cansamos de enumerar esas obras que son amores y que son buenas razones, estamos hablando de tanto, estamos hablando de mercados, por ejemplo, todo el mundo va al mercado y van al mercado y vamos al mercado y ahora vamos a los mercados que deben de estar en mejores condiciones, y cuánta celebración, tradicional, cultural, cuánta, cuánta fiesta de la cultura popular, de la religiosidad de nuestro pueblo, ahí como aprendimos desde pequeños, Dios está en el cielo, en la tierra y en todo lugar, Dios está en todo lo que se va haciendo para mejorar la vida de todos, ese es cristianismo, ese es amor al prójimo, eso es, de verdad la expresión más grande de la compasión, de la solidaridad, y la hermandad: Amor al prójimo».
«Dios está ahí, y decíamos y cantábamos, venid adoradores adoremos a Cristo Redentor, Cristo Redentor que se alza, que se redime todos los días con estas expresiones, cuantiosas expresiones de amor brillante, potente, misterioso y milagroso. Amor a Dios sobre todas las cosas, y al prójimo como a nosotros mismos. Todos somos nosotros, todos somos prójimos y todos estamos llenos de ese amor a Dios que es el que nos da la fuerza, la fortaleza, para librar todas las batallas, para defender la paz, para defender la dignidad nacional, para defender la soberanía, para avanzar en medio de trampas y trampas que siempre se descubren, para quitar máscaras y mostrar los verdaderos rostros del odio».
Dijo la Compañera Rosario que «hay quienes creen que revestidos de falsa santidad van a seguir engañando, la santidad es cosa seria, y de verdad, qué difícil alcanzarla. Qué difícil, por eso digo, falsa santidad, falso amor, falsas prédicas, dizque piadosas, agentes políticos, eso es lo que son y de la peor política, la política, la política que no sirve al bien, que no sirve, que no sirve a la construcción del bienestar, la política que destruye, la política que mata, la política que incendia, la política que saquea, la política que entrega, entreguismo de la Patria, la política perversa, esa no es política, eso, cuando decimos agentes políticos, son agentes de la perversión».
«Aquí a los 17 años de haber llegado nuevamente el pueblo a la presidencia y al Estado nicaragüense, como presidente, como jefe del Estado nicaragüense, hemos hecho tanto de la mano de Dios, hemos construido de la mano de Dios, hemos sido bendecido por la mano de Dios, y ahí vamos, sabemos que siempre hay caminos ásperos, difíciles, pero bueno, con la luz, con la luz, de ese espíritu, potente, universal, esa energía formidable que llena nuestra Nicaragua vamos, ahí vamos capaces, capaces, coherentes, consecuentes, y sobre todo empeñados en avanzar consolidando la paz y el bienestar de las familias nicaragüenses».
«17 años, vamos a hacer la cuenta de lo que había y lo que hay y vamos a estarlo consolidando en una publicación para que nos veamos reflejados como pueblo que cumple la voluntad de Dios y veamos reflejada la magnificencia de Dios, que no son los agentes de Dios, ese no es Dios, el rostro de Dios está en todos los avances de la vida buena, fraternal, amorosa, familiar, comunitaria, humilde y prodigiosa que tenemos en esta Nicaragua que nos pertenece a todos los nicaragüenses de buena voluntad, que juntos somos esta gran potencia de espíritu, de arte, de cultura, de tradición, de valentía, tradición de valentía y de orgullo y dignidad nacional».
«Cómo nos sentimos de orgullos de ser nicaragüense, de llegar a estos 17 años de triunfo sobre todas las miserias, sobre todas las maldades, sobre todos los disfraces, sobre todas las máscaras, triunfos de un pueblo sabio, sereno, iluminado, un pueblo grande que es nuestro pueblo, y una tierra de hombres y mujeres valientes y por eso potentes, heróicos, gloriosos y victoriosos».
«Cómo nos sentimos de orgullosos de decir, nicaragüenses por Gracia de Dios, Nicaragua de Darío, Nicaragua de Sandino, Nicaragua de Benjamín Zeledón, de Andrés Castro, de José Dolores Estrada, cuántas batallas, cuánto batallar para defender la dignidad y la soberanía nacional que nos pertenecen, que son nuestras y es en dignidad y soberanía nacional que seguimos construyendo el porvenir, Siempre más Allá, llenos de amor, llenos de fuerza, llenos de espíritu, llenos de brillo, de hidalguía, llenos de condición nicaragüense, vuelvo a decirlo, por Gracia del Dios de todas las victorias, de todos los triunfos».
«Es a Dios al que debemos todas las victorias, todos triunfos, lo creemos firmemente, por eso, porque lo creemos, creamos de acuerdo a su voluntad, y cómo enfurece a algunos miserables que uno hable de Dios, como que fuera patrimonio de los perversos. No. Dios es amor. Y Dios ama al pueblo nicaragüense, y ese amor se manifiesta en todas sus bondades».
«Aquí estamos luchando para seguir venciendo, luchando para defender la paz, condición fundamental para construir el porvenir, la paz, el bienestar y la dicha de convivir como hermanos, como familias, en solidaridad y cariño, en esta tierra de gigantes, esta tierra nuestra, de gigantes, de luchadores, de guerrilleros y guerrilleras heroicos. Una historia como la nuestra no solo nos llena de orgullo, sino que nos llena de la sabiduría necesaria para imitar a los grandes en las luchas y para cosechar las victorias en unión de todos y por el bien de todos. Y vamos adelante compañeros, compañeras».
«Quiero compartir también y vamos a construir ese listado glorioso, formidable de fortalezas que hemos venido consolidando en esta Nicaragua nuestra Pueblo de Dios, abrazos grandes compañeros compañeras, y Siempre más Allá, Siempre Patria, Siempre Revolución, Siempre hacia nuevas victorias, hacia nuevos triunfos. Adelante, es nuestro el porvenir. Abrazos», finalizó.