23 de diciembre de 1972: El día que Managua sucumbió ante la naturaleza

Se conmemoran 51 años del fatídico terremoto de 6.2 grados
23 de diciembre de 1972: El día que Managua sucumbió ante la naturaleza
Foto: Archivo.

Un deficiente sistema de alerta temprana, la falta de preocupación por el gobierno de turno, la poca educación de la población, sumado al terremoto de 6.2 grados de magnitud, fueron algunos de los atenuantes de la destrucción casi total de Managua en 1972.

“El terremoto no solamente destruyó la infraestructura de la capital debido a las malas construcciones que habían y a una mala planificación urbana que la dictadura de Somoza no tenía ningún interés en desarrollar. De un día para otro dejamos de tener ciudad, perdimos nuestra identidad cultural y nos convertimos en nómadas, en migrantes de nuestra propia ciudad”, refirió Clemente Guido, Director General de Cultura y Patrimonio Histórico de la Alcaldía de Managua.

Fue a las 12:35 minutos de la madrugada del 23 de diciembre, cuando la tierra retumbó causando el colapso del centro histórico de la capital, dejando consigo una estela de desolación, muerte y dolor en quienes lograron sobrevivir a la catástrofe.

“Fue una desesperación total, un caos, porque las casas en su mayoría eran de adobe y agarraron fuego. No había un Sinapred, con costo existía la Cruz Roja y Bomberos, no habían orientaciones y por eso hubo muchos muertos, fueron escenas dantescas, cadáveres por doquier, pasamos mucho tiempo sin energía, muchos edificios históricos destruidos, la capital estaba de rodillas”, señaló Wilmor López, periodista.

Un acontecimiento que marcó la vida de los managuas

Fueron miles los muertos y heridos contabilizados en esa catástrofe, quienes sobrevivieron, cargan en sus mentes las más dantescas imágenes de un episodio que jamás pensaron vivir.

“Lo más dantesco que recuerdo fue la cantidad de muertos tendidos en las calles, muchos lograron extraer de los escombros los cuerpos de sus familiares y algunos los cubrían con sábanas, cortinas, con lo que tenían a su alcance, había mucho humo y polvo en el ambiente y desde lejos se miraban las llamas que consumieron lo que en ese momento era el mercado San Miguel, ahí murieron familias calcinadas, fue un incendio que duró alrededor de 3 días y con el paso de los días en todo el ambiente había un hedor proveniente de los cuerpos en descomposición”, relató Edgard Barberena, sobreviviente.

Durante el sismo no quedó piedra sobre piedra, el movimiento telúrico fue tan impactante que las personas caían al piso al momento de querer abandonar sus casas, momento en el que muchos quedaron prensados bajo los escombros.

“La mayoría de las casas eran de adobe y tejas y al caerse se produjo mucho polvo a tal punto que casi nos ahogamos, las puertas de las casas se trancaron, muchos no lograron salir de sus casas con vida. En las calles se escuchaban los lamentos de gente pidiendo ayuda, fue una experiencia que ojalá nunca la volvamos a vivir”, expresó Antonio Acevedo, sobreviviente+

Fortalecimiento en las acciones de aseguramiento de las familias

El terremoto de 1972 marcó un antes y un después en la historia de Nicaragua, tras 51 años del fatídico desastre natural, el escenario ya no es el mismo, hoy se cuenta con entidades y planes de aseguramiento familiar, donde la prioridad es la salvaguarda de la vida.

“Frente a esta realidad, nuestro gobierno muy responsable ha venido desarrollando un sistema no solamente para Managua sino para todo el país de preparación, especialmente basado en la familia, las personas, las comunidades, en una actuación de todas las instituciones de gobierno muy bien articuladas ante eventos de esta naturaleza para poder atender de manera oportuna a la población”, señaló Guillermo González, Ministro-Director, del Sistema Nacional para la Prevención, Mitigación y Atención de Desastres (Sinapred).

Actualmente Nicaragua cuenta con un Sistema de Alerta Temprana y planes familiares de respuesta, así como la preparación de los jóvenes y niños con el objetivo de crear capacidades que les permitan estar preparados ante cualquier fenómeno natural que pueda poner en riesgo la vida.

“Contamos con tres componentes, el componente técnico científico cuya sede se encuentra en Ineter (Instituto Nicaragüense de Estudios Territoriales) pero también tenemos un mecanismo tecnológico que nos permite tener fuentes de información, contamos con sistemas de vigilancia para sismos prácticamente en todo el país y en 1972 eran apenas 4 máquinas y el otro componente es la parte comunitaria, es decir, para todos los eventos estos elementos se articulan”, añadió González.

Los avances en los sistemas de monitoreo han colocado a Nicaragua en la vanguardia a nivel regional en cuanto a la prevención y atención de desastres, demostrando así que existe un gobierno preocupado por el bienestar del pueblo.

“El terremoto dio pautas para entender a los sismos en Nicaragua y también realizar trabajos para reducir el impacto de los terremotos, creando mapas de riesgos sísmicos, estadísticas, amenazas sísmicas y hoy es posible en Nicaragua dar alertas a través de los celulares. Tenemos un avance muy significativo, tenemos 140 estaciones sísmicas, los datos entran muy rápido, llegan en pocos segundos y se procesan rápido, ahora tenemos más avance tecnológico y a través de una aplicación la alerta llega a sus celulares”, manifestó el doctor Wilfred Strauss, asesor científico de Ineter.

“En comparación con otros países Nicaragua está más avanzada, tenemos la red sísmica más grande de América Latina incluyendo las estaciones sísmicas de toda Centroamérica dado que somos la instancia responsable para el monitoreo y alerta temprana de los tsunamis”, finalizó Strauss.

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