CIUDAD DE PANAMÁ, Panamá – La Organización Internacional para las Migraciones (OIM), la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) reciben con satisfacción el anuncio de los gobiernos de Estados Unidos y México de una nueva vía de admisión para que personas venezolanas desplazadas puedan ingresar a Estados Unidos. Se trata de un avance alentador para facilitar la migración segura y regular y ofrecer alternativas a las personas en situación de movilidad. Sin embargo, las agencias siguen profundamente preocupadas por las continuas restricciones de acceso al asilo que sufren personas de muchas nacionalidades diferentes en la frontera entre México y Estados Unidos debido al Título 42.
Reconociendo el aumento de los movimientos mixtos, los riesgos para las personas afectadas y las presiones sobre los países de la región, las agencias se sienten alentadas por el lanzamiento de una nueva vía segura y regular para la entrada a los Estados Unidos y esperan obtener más detalles sobre su implementación. Estas vías pueden ser esenciales para ofrecer alternativas a movimientos irregulares y peligrosos y una forma eficaz de promover un reparto equitativo de las responsabilidades. También acogemos con satisfacción el anuncio de un aumento significativo del número de visas H-2B para trabajadores temporales para los nacionales de los países del norte de Centroamérica y Haití.
Asimismo, estas iniciativas no pueden menoscabar el derecho humano fundamental a solicitar asilo. El acceso a un territorio seguro para las personas que solicitan asilo es una piedra angular de la Convención sobre el Estatuto de los Refugiados de 1951 y del derecho internacional de los refugiados. Seguimos preocupados por las restricciones al asilo que son incompatibles con las normas del derecho internacional, incluidas las medidas de salud pública impuestas bajo el Título 42, y reiteramos el llamamiento para que se ponga fin urgentemente a las mismas. Muchas personas sujetas a estas medidas desde su implementación, en marzo de 2020, han sido enviadas a comunidades fronterizas con importantes desafíos de seguridad, redes de apoyo limitadas y capacidades de alojamiento inadecuadas, lo que hace que su retorno a México sea peligroso e insostenible.
Hemos señalado en repetidas ocasiones el impacto negativo de estas restricciones sobre las personas solicitantes de asilo y migrantes en la frontera. Cada día que se mantienen estas políticas, se ponen en riesgo a más personas, familias, niñas y niños desesperados. La seguridad y el bienestar de la niñez, incluidas las niñas y los niños que llegan con sus familiares, son una preocupación fundamental. Su interés superior se debe proteger.
Es posible lograr sistemas de recepción y procesamiento justos y eficaces en las fronteras nacionales, incluida la frontera entre Estados Unidos y México. Nos comprometemos a trabajar con los Estados de todo el hemisferio para reforzar las capacidades de recepción y procesamiento, apoyar la migración regular y ampliar las vías seguras para las personas solicitantes de asilo y migrantes, en consonancia con las normas internacionales y los objetivos de la Declaración de Los Ángeles sobre Migración y Protección.