América Latina y el Caribe han confirmado una tendencia observada en los últimos años a nivel mundial: un significativo número de mujeres migrando de sus países de origen de manera independiente como consecuencia de una creciente demanda de mano de obra para labores domésticas, de cuidado o atención.
Este fenómeno, conocido como la feminización de la migración, viene acompañado de una falta de regulación que conlleva una sistemática vulneración de sus derechos laborales y sociales, sino también, de una “nueva” división sexual del trabajo en donde mujeres que antes eran económicamente activas en sus países de origen, se ven ahora en dificultades para integrarse de manera legal a los mercados laborales de los países de destino, sufriendo de una progresiva “descualificación laboral”.
Ante esta realidad, se hace necesario trabajar en el empoderamiento económico y autonomía de las mujeres migrantes, por medio de políticas, proyectos y programas que permitan incorporar la igualdad de género en las acciones de gobiernos nacionales y locales, agencias internacionales y organizaciones de la sociedad civil.
Este es, justamente, el objetivo de la Guía de Planificación: Mujeres migrantes y medios de vida, un esfuerzo colaborativo de OIM, PNUD y OIT, en donde, entre otros aspectos, se proponen las siguientes recomendaciones para facilitar la integración al mercado laboral de las mujeres migrantes.
1. Regularización de estatus migratorio y reconocimiento de derechos.
La regularización del estatus migratorio es relevante en la medida que favorece el efectivo reconocimiento de los derechos económicos, sociales y culturales de las personas migrantes, entre los cuales se incluyen cuestiones básicas como el trabajo, la seguridad social, la vivienda, la alimentación, la salud, la cultura, entre otras. Su garantía y protección por parte de los Estados, resulta de suma importancia en la búsqueda de condiciones de trabajo dignas, equitativas y decentes para las mujeres migrantes, una población altamente vulnerable a situaciones de explotación, abuso y acoso laboral.
2. Validación de títulos y de experiencia laboral.
El reconocimiento de los estudios y de la experiencia laboral previa de las mujeres migrantes es un elemento que aporta no solo al fortalecimiento de sus medios de vida, sino también, al desarrollo de los mercados y las cadenas de valor de los países de destino. Para esto, es necesario generar un proceso de diagnóstico y evaluación de habilidades y competencias, informales y formales, que permita su posterior transferencia a los sectores económicos donde tengan mayor impacto e incidencia.
3. Empleabilidad
La empleabilidad de las mujeres migrantes pasa por la necesidad de proteger sus derechos laborales y avanzar en su formalización laboral. En este sentido, se deben adoptar medidas respecto a la seguridad social de carácter obligatorio, la existencia efectiva de normativas laborales para la equiparación de derechos de trabajadoras migrantes con trabajadoras locales, la capacidad de negociación colectiva de las organizaciones de mujeres migrantes para la generación de espacios de diálogo social para la defensa de sus derechos y el efectivo acceso a asesoría legal en diferentes ámbitos.
Adicionalmente, es elemental contribuir en la capacitación y formación laboral de las mujeres migrantes, más concretamente a través de procesos de “alfabetización funcional”, conocimientos del idioma local, nociones en tecnologías de información, habilidades blandas y formación y capacitación técnica.
4. Emprendimiento
Para que los emprendimientos resulten en una acción que aporte a los medios de vida de las mujeres migrantes, la Guía de Planificación desarrollada por OIM, PNUD y OIT basa su estrategia en el enfoque de Sistemas de Mercado Inclusivos (ESMI), el cual parte del supuesto de que para que una persona pueda construir medios de vida sostenibles, se requiere no sólo que cuente con las habilidades y competencias, sino también que existan oportunidades en el mercado; lo que implica la necesidad de actuar sobre él.
5. Inclusión financiera y acceso a créditos y financiamiento
Las mujeres migrantes se han enfrentando tradicionalmente a una serie de obstáculos para acceder a créditos y financiamiento, no solo en sus países de origen, sino también en los países de destino. Los estereotipos de género limitan el acceso de las mujeres a los servicios crediticios y financieros, motivo por el cual resulta fundamental superar dichas barreras a través de la acción coordinada y colaborativa de instituciones financieras y gobiernos.
6. Fortalecimiento de la participación y asociatividad de las mujeres migrantes
Para facilitar y promover la integración la las mujeres migrantes en los países de acogida, es necesario el fortalecimientos de sus organizaciones, las cuales brindan acompañamiento y asesoría en temas relacionados con la defensa y protección de sus derechos laborales y sociales. Así mismo, es relevante considerar que las redes de apoyo de las personas migrantes tienen incidencia en todo el proceso migratorio, que va desde la elección de un posible destino, hasta la búsqueda de una vivienda o un empleo en el país de acogida.
Además de estas seis recomendaciones, la guía establece la relevancia de trabajar en los siguientes puntos, para continuar favoreciendo el empoderamiento de las mujeres migrantes:
- conocer y fortalecer las capacidades de los actores públicos para la implementación de políticas públicas dirigidas a disminuir las brechas de género,
- aumentar la capacidad de los gobiernos locales para integrar la migración desde una perspectiva de género en sus planes y programas,
- el desarrollo de alianzas estrategias participativas que tomen a consideración una amplia gama de organizaciones públicas, privadas y sociales, y finalmente,
- desarrollar una Política de Migración con perspectiva de género, que integre un enfoque de derechos humanos, interseccionalidad e interculturalidad, y un marco de Medios de Vida Sostenibles.